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Podemos combinar estos dos elementos.
Acelerando el tiempo puedo convocar al viejo en mí.
Desacelerando puedo evocar el niño que fui.
Parar el tiempo es dejar aparecer el yo actual.
Escenarios posibles en un cuerpo modificado por un flujo artificial de tiempo: acelerado – parado – desacelerado. ¿Un tiempo molecular?
Reorganización molecular de un cuerpo modificado por un tiempo virtual.
LA NATURALEZA DEL TIEMPO
¿Podemos materializar el tiempo en el cuerpo y en el espacio?
¿Cuál es la sustancia del tiempo y como se puede modificar?
¿Cómo puedo percibir la sustancia del tiempo y cómo puede transformarme?
Parar el tiempo – dejarme llevar por el tiempo – dialogar con el tiempo.
HISTORIA PERSONAL
La persona que uno fue, la persona que uno va a ser. Esa o esas personas como personas imaginadas – creadas – recreadas pueden ser objeto de mimesis.
Mimesis de personas recordadas y/o imaginadas.
Recordar el niño que fue. Historias de infancia y sus consecuencias hoy.
Imaginar el viejo que será. Posibles escenarios de vejez. Deseos y temores.
¿Qué consecuencias deja el tiempo en nosotros y cómo “trabajar” con el tiempo? Con el tiempo en el cuerpo.
Algunos árboles cuando son cortados transversalmente, dejan ver una superficie de círculos concéntrico que revelan su edad, se ve el paso del tiempo en el tronco – cuerpo de la planta. Las estaciones van dejando una memoria en forma de anillos que nos hablan de inviernos más o menos largos, de veranos más o menos calientes, revelan cuando el árbol sufrió más o cuando creció mejor. Esos anillos son la historia del árbol e indagando con mayor profundidad revelan también sus vivencias; esas marcas particulares que crean nudos, crean una concentración de materia que modifica los círculos sucesivos.
En el cuerpo humano seguramente es mejor no hacer un corte transversal para descubrir su historia, tenemos otros modos menos violentos. Los actores como los bailarines tienen sus modos para indagar sus memorias físicas, para transformar las propias vivencias en formas artísticas que desentrañan comportamientos humanos, formas que generan un modo de conocer, de comprender mejor la conducta de los seres humanos; ocupación esencial de la actividad artística.
El teatro es un modo de estudio del comportamiento humano en situación de representación.
Trabajando sobre el tiempo lo haremos es sus tres direcciones; pasado, presente y futuro, liberando a través de la acción los comportamientos celados en el cuerpo y su posibles transformaciones.
Para ello tendremos que proyectar nuestra acción en el futuro, observando nuestras conductas en un tiempo virtual que potencialmente ya existe en nosotros. En este juego de dejar transitar el cuerpo en el tiempo - y por lo tanto también el tiempo en el cuerpo – recreamos en el teatro la posibilidad de un ejercicio de vida, no de representar sino de producir historia.
Tengo la suerte de trabajar con personas más jóvenes, compartiendo el mismo período histórico pero teniendo otro accionar, percibiendo la realidad de forma diferente. Esta diferencia es una posibilidad de conocimiento, de comprensión, de creación, una posibilidad de transformación… de teatro. Me interesan sus opiniones y las historias que las modelaron, las “vivencias” individuales y colectivas alojadas en esas personas.
Son colegas que pertenecen a una (o dos, ¿tres?...) generaciones más jóvenes que yo.
El tiempo pasó por nuestros cuerpos de modo diferente, no solo por el factor biológico y las consecuentes modificaciones que ello causa en nosotros, también por que el tiempo y los eventos que acontecieron en ese tiempo, dejaron una memoria en que nos hace reaccionar, opinar de modo distinto. El Zeitgeist, o sea; el espíritu del tiempo en el que coexistimos, y la visión, el modo de relacionarnos con este tiempo; nuestro Weltanschuung, o sea; nuestra imagen del mundo, no son del todo coincidentes. Esa diferencia puede ser el motor para la creación de este espectáculo.
Si bien somos coetáneos y una parte de la historia de mi vida personal coincide con un período histórico de la vida de ellos, tengo una experiencia de vida anterior que nos diferencia, un Weltanschauung -una intuición del mundo – diferenciada. Tengo un cuerpo que el tiempo, al pasar del sólido al líquido modificó sustancialmente, dejó otros anillos, otras densidades, otros nudos.
Por ejemplo: El 11 de septiembre del 2001 es una de esas experiencias históricas en común que nos han modificado. Otro 11 de septiembre, que no hemos compartido, es el del golpe militar en Chile del 1973, que fue para mí una “vivencia” que me dejó una visión del mundo y una concreta sensación física, de inseguridad y repulsión - quizás similar a la dejada por la del 11 septiembre 2001 -. En 1981 yo emigraba de Argentina a Europa y algunos meses después la guerra de las Malvinas producía una vivencia a partir de la cual puedo referirme a un “antes y un después”. En esos años mis compañeros de Fuga estaban ocupados en cosas más primordiales. Seguramente en 1989, “la caída del muro” no podía significar nada de importante para ellos. Estas “vivencias” no compartidas nos da otro Weltanschuung. Así como yo tengo otra imagen del mundo con respecto a la generación anterior a la mía, aquella generación que “vivenció” la segunda guerra mundial.
Vengo de una historia anterior, de otro Zeigeist. Arrastro elementos de un período histórico que se caracterizaba por tener un espíritu en “estado sólido” y que se fue liquidificando. Hoy compartimos una sociedad globalizada, que según la metáfora física de Zygmunt Bauman, vive en un “estado líquido”. El modo que tenemos de relacionarnos con el tiempo, de “poner” nuestro cuerpo en el tiempo, es seguramente distinto. Supongo que a mí me cuesta mas pasar del estado sólido al estado líquido, tengo que hacer un esfuerzo – a veces agradable a veces no – para cambiar, por ejemplo para pasar de certezas a incertidumbres. Mi generación tenía la pretensión y la certeza de cambiar la realidad y a esto seguramente correspondía una actitud física, tal vez más rígida, tal vez más desafiante, arrogante y apolínea. Hoy no existe la certeza ni la urgencia de cambiar el mundo, la realidad es una constante en la que el tiempo se dilata, el tiempo es un mar en el que se fluctúa en aparente libertad y con la angustia de no saber donde nos lleva la corriente. Parece que finalmente la determinación de la historia quedó en nuestras manos, solo que no sabemos que hacer con esto.
Cuando era joven no se usaba el concepto postmoderno y el determinismo histórico definía el futuro, no se usaba el teléfono para sacar fotos, además ninguno te llamaba por teléfono y te preguntaba donde estás, porque el aparato estaba inevitablemente en tu casa, las cartas se escribían directamente sobre un papel, el profiláctico era un opcional que servía para apaciguar otros miedos que los actuales, el uso de la droga era menos generalizado... muchas cosas cambiaron radicalmente en pocas décadas. El tiempo se pobló no solo otros eventos históricos, también otras músicas, otros modos de vestir, una educación distinta, distintos valores… que deja como consecuencia un modo distinto de vivenciar la historia que estamos compartiendo, un modo diferente de producirla y de reproducirla.
Este otro modo de vivenciar de mis jóvenes colegas me pone muy curioso. En el cotidiano vivimos muchas cosas en común, pero seguramente con efectos distintos, los eventos históricos generaron vivencias diferenciadas, modelándonos de modo tal que hace que seamos productos con formas de pensar, accionar y sentir distintos. Las marcas que la historia dejó en la memoria de ellos, seguramente son otras que las mías. Seguramente nuestros cuerpos contienen recuerdos y opiniones distintas de ese período de años que estamos compartiendo.
Me gustaría conocer, percibir de qué modo se formalizaron en el cuerpo de mis actores – bailarines, las vivencias de los eventos que pasaron por nosotros de otro modo, y también de los eventos individuales, esos que cada uno vivió. Me gustaría así entender mejor sus opiniones, ese modo de compartir este período de la historia.
Supongo que para ellos también puede ser una experiencia interesante, “un ejercicio de vida” que armonice con el “ejercicio artístico” que estamos practicando.
Para ello vamos a indagar en la memoria del propio cuerpo, a hacer metafóricamente algunos cortes transversales, descubriendo los anillos, las vivencias que modelaron las personalidades tanto generacional como individual.
Ahora tal vez se entienda mejor lo que escribí al inicio de esta provocación:
LA NATURALEZA DEL TIEMPO y la HISTORIA PERSONAL
Podemos combinar estos dos elementos.
Acelerando el tiempo puedo convocar al viejo en mí.
Desacelerando puedo evocar el niño que fui.
Parar el tiempo es dejar aparecer el yo actual.
Escenarios posibles en un cuerpo modificado por un flujo artificial de tiempo: acelerado – parado – desacelerado. ¿Un tiempo molecular?
Reorganización molecular de un cuerpo modificado por un tiempo virtual.
LA NATURALEZA DEL TIEMPO
¿Podemos materializar el tiempo en el cuerpo y en el espacio?
¿Cuál es la sustancia del tiempo y como se puede modificar?
¿Cómo puedo percibir la sustancia del tiempo y cómo puede transformarme?
Parar el tiempo – dejarme llevar por el tiempo – dialogar con el tiempo.
HISTORIA PERSONAL
La persona que uno fue, la persona que uno va a ser. Esa o esas personas como personas imaginadas – creadas – recreadas pueden ser objeto de mimesis.
Mimesis de personas recordadas y/o imaginadas.
Recordar el niño que fue. Historias de infancia y sus consecuencias hoy.
Imaginar el viejo que será. Posibles escenarios de vejez. Deseos y temores.
Norberto
24/09/07
Cumpliendo ahora a las 0.04 horas, 54 años.
Weltanschuung: Intuición, visión del mundo.
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